OJO CON LOS "FESTEJOS"

Se paga. El abuso de alcohol se paga a corto y a largo plazo. En lo inmediato ataca a los sentidos y a la conciencia. Más tarde acomete contra la autonomía y la convivencia. Lo dicho. Se paga.
La embriaguez domina la experiencia vivida en soledad o en compañía.
Embriagar: Causar embriaguez. Atontar, perturbar. Enajenar, transportar. Perder el dominio de sí por exceso de vino o licor. Ingerir cualquier bebida alcohólica hasta trastornarse los sentidos y las potencias. Está en los diccionarios enciclopédicos.
De ser algo inocuo en pequeñas proporciones, el alcohol pasa en pocos segundos a ser un enemigo público por las consecuencias que sobre otros ejerce la conducta de una persona alcoholizada.
Una vez que la conciencia y los sentidos perdieron su capacidad de discernimiento toman fuerza elementos que tienen que ver con lo impredecible, el descontrol, el ridículo, los síntomas, el peligro y la tragedia de irreparables consecuencias.
A mediano plazo degrada a la víctima en su cuerpo, potencialidad, intelecto, desarrollo, capacidad de disfrutar y en sus relaciones interpersonales.
Las fechas festivas sensibilizan y se convierten en época de riesgo por el aumento de la ingesta de bebidas y comidas. Aunque festejar signifique otra cosa, se encuentran directamente asociadas a la compra y al consumo. Sus excesos y descarríos pueden convertirse en lo opuesto a lo grato, divertido o económico. Un papelón o un siniestro.

Es esto festejar?
Exceso o no exceso. Descarrío o no descarrío. Es el momento en que cada uno se puede medir. Evaluar su fuerza de voluntad, capacidad de control, dominio, integridad, raciocinio, responsabilidad, respeto por los demás, posibilidades para decidir, su ética. O sea, su evolución.

Una persona alcoholizada no puede ni debe conducir un vehículo o accionar máquinas.
Una persona alcohólica no puede conducir una familia. Tampoco su propia vida.

Felices Fiestas.

Prevenir es cuidar_se

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